sábado, 16 de marzo de 2013

Dudas, zapatillas, trails y ultrafondos.


          Quedan apenas dos meses para el 101KM de Ronda. Ni vértigo, ni miedo, ni emoción, ni nada de nada. Siempre he pensado que la temporada del corredor es demasiado larga, que mantener un estado de forma  ideal es muy complicado y que los altibajos en la motivación son demasiado frecuentes. Y es que últimamente no me encuentro ni en forma ni motivado. Voy a participar en dos trails (Sierra Huétor y I Reto Trail Jamilena) antes de afrontar el 101 y viendo mis últimas sensaciones tanto en entrenos como en competición, lo mejor que puede suceder es que la prueba de mayo  pase lo antes posible.


          Mi mayor temor no es mi estado de forma, o el ritmo que voy a emplear para afrontar los 101.000 metros. Estoy literalmente acojonado por mis pies: no sé qué zapatillas me acompañarán. Compré unas Saucony Triumph 9 para domarlas con tiempo y dada su excelente amortiguación y comodidad, serían mis compañeras de viaje. Pero lo tengo crudo, mis pies no son como los del resto de la humanidad. Mis talones siguen gimiendo cada vez que me las calzo. La otra opción plausible eran las Saucony Xodus 2.0, mis zapas de trail actuales, una maravilla de estabilidad, agarre y comodidad al que le falla un aspecto: la transpirabilidad. Son una magnífica opción para otoño-invierno, puedes pisar charcos sin miedo porque el agua apenas traspasa al pie –a pesar de no llevar goretex- pero ni se te ocurra calzarlas con calor o en pruebas de más de 25 kms. Lo experimenté hace unas semanas en el Trail de los Guájares: las plantas de mis pies ardieron.  Tengo otras opciones, pero están planteadas para la segunda parte –la final- del ultra, para los últimos 20-30 kms: mis incombustibles Adidas Supernova Glide 4, una zapatilla cómoda pero que sin embargo queda claramente corta para hacer 80 kms con mis 80 kilates y mi pisada irregular.  En fin, que acabo de optar por una solución de emergencia: he adquirido las Brooks Cascadia 7, las zapas de trail más asfalteras del mercado, y es que por ello son una buena opción para el 101. Espero que sus famosas y aclamadas bondades de comodidad y amortiguación sean compatibles con mis complicadísimos pies y no requiera una adaptación demasiado larga. De hecho, ya están pedidas a Sportsshoes. ¡Y qué feas son las puñeteras!




      Prefiero hablar de material técnico y no de estados físicos y mentales, y es que voy a tener que darles la razón a mis compañeros de entrenamiento cuando afirman y repiten que soy “el corredor bipolar”, con mis chutes instantáneos de endorfinas y con mis profundas caídas en el abismo.  Que no me siento competitivo es obvio, que no estoy en mi mejor momento, también, pero a pesar de todo no dudo de que estaré allí y daré todo lo mejor de mí cuando llegue el día. Para abrir boca, mañana a las 5 de la mañana estaremos cubriendo más de 45 kms de montaña, acompañados por la sempiterna lluvia de los últimos días. Será un buen test de cara al 101, sin duda.

2 comentarios:


  1. Ayer se corroboró más que nunca lo del corredor bipolar: 46 Km por montaña, con lluvia y frío y el autor del blog endorfinado, con una sonrisa de oreja a oreja, apretando el ritmo; subiendo, bajando, yendo y viniendo.

    Si es que es cierto, no estás en tu mejor momento. Estás en el que viene después del mejor.

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  2. No demasiado mal debes de estar de ánimo para meterte esos chutes a las 5 de la mañana ¿no sería más correcto hablar de fortaleza mental?

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