lunes, 10 de noviembre de 2014

La banda sonora de la hora más oscura: DEATH

Quién me lo iba a decir… Hace un tiempo, cuando subir montañas era un juego y correr rápido una rutina más…

Cuando hace unos años calzarse las zapatillas era como darse una ducha o preparar una cena…
Cuando planificar objetivos y apuntarse a carreras era como vestirse por las mañanas para irse a trabajar…

Cuando visitar las páginas webs de material deportivo para decidir la próxima adquisición era más rápido que encender la televisión o abrir un libro…


Hoy estoy sereno.  Hace 19 años pasé por el quirófano para extirpar un fibroma en el fémur izquierdo y mi banda sonora fue Death, la mítica banda de Chuck Schuldiner y su glorioso “Symbolic” . Recuerdo poner el casette que me había comprado en un viaje de estudios de 2º de B.U.P. en un walkman y escuchar el disco tres veces consecutivas, desde la primera hasta la última canción. Aquello me pareció una experiencia mística. Esa guitarra… Esa BC Rich Stealth, esas composiciones tan técnicas, intrincadas e intensas marcarían para siempre mi existencia.

Hoy ya llevo dos semanas escuchando el mismo álbum. No para de sonar en mi cabeza, en el coche, en mi equipo de música, en mi iPod, en mi guitarra eléctrica… Vuelve a convertirse en la banda sonora trascendental de un momento crítico, más esta vez si cabe. Sí, Death es mi banda por excelencia, lo acabo de decidir. Hoy, cuando miro de frente a la posibilidad de dejar de correr, Death vuelve a poner marco sonoro. Mañana, una hora antes de poner mi pierna derecha en manos del cirujano, volverá a sonar el Symbolic. Me sumergiré en esos riffs y esos solos que solo Chuck sabía componer para sucumbir ante esta situación.

Ayer en la puesta de sol contemplé absorto el perfil endiablado de los Alayos, el majestuoso Trevenque, acompañado de su Cerro Huenes, la impasibilidad de la Silleta de Padul… todo ello presidido por la ya blanca Sierra Nevada. Todos tendrán que esperar, o llegar a ser mero paisaje indiferente a mis sentidos. Mis zapatillas tendrán que esperar , o convertirse en calzado para los necesitados.


Mañana la música será mi compañera. Como siempre fue.