miércoles, 12 de septiembre de 2012

CONSECUENCIAS


       No ando muy fino últimamente. Eso es una obviedad, pero es algo más, percibo como si caminara sobre un fango altamente resbaladizo, donde mantener el equilibrio es bastante complicado.  Supongo que debido a la incertidumbre que todas las esperas conlleva, vivo en un desasosiego que transforman mis días en simples hojas de calendario; hojas arrancadas y sepultadas en lo más recóndito del ostracismo. Percibo que los límites están poco definidos, menosprecio las consecuencias de las cosas y soy bastante incapaz de aceptar y conformarme con lo me depara la vida.

      Me estoy metiendo en una perorata existencialista, quizá metafísica, lo sé, aunque no es tal. Es la simple consecuencia de no saber encontrar palabras para definir esta inconsistencia espiritual que últimamente experimento.  He empezado septiembre con mal pie , en muchos aspectos. En cuanto a mi lesión, estoy aplicando la técnica de la evitación: intento olvidarme de que está ahí, de que persiste. O tal vez no, quizá ya esté curado y tengo tanto miedo a comprobarlo que prefiero seguir con mi rutina de mi visita al centro de fisioterapia, de no agobiarme con entrenamientos que ya debería estar haciendo y con las peripecias y andanzas de mis compañeros de fatiga. Como sustitutivo –que no sucedáneo ya- he descubierto el MTB, como ya os dije. Sí, me gusta, disfruto. Ya tengo en mi poder mis flamantes plantillas de polipropileno y carbono, junto con mi exhaustivo informe llevado a cabo en Ergonomía Solei –que por cierto, recomiendo encarecidamente. Un par de trozos de plasticucho negro, fino y enclenque que no puedo dejar de mirar para intentar explicarme cómo coño cuestan tanto.

La mala bestia
    Soy ateo, escéptico y por naturaleza, bastante pesimista. Eso ya lo sabía desde que tengo uso de razón, pero no paro de dar vueltas últimamente a la teoría del karma y a la filosofía oriental, en general. Últimamente parece que la retribución de mis actos quiere decirme algo. He decidido cambiar de mountain bike. Lo he decidido tras hacer cábalas económicas, sopesar pros y contras y hacer cientos de comparativas, para al final concluir que merecerá la pena, que la disfrutaré y la usaré. Este deporte puede ser precioso, enormente sugestivo, por momentos sobrecogedor debido al paisaje que vas dejando atrás, y duro, que es lo que a mí me gusta.
En el Pico del Corzo, Sierra de Huétor. Sobrecogedor. Minutos antes de la gran hostia.


    Hoy Txomin y yo nos hemos metido otra ruta. Viene como un tiro el amigo aguileño, fino, definido, fuerte. Se ha machacado concienzudamente y está claro y meto la mano en el fuego a que este año se va a salir en las carreras. Me ha reventado con la bicicleta, una vez más. No le huelo el polvo a la mala bestia. No tengo excusas. No vale el que no haya corrido en todo el verano y que sólo haya hecho bici un par de días a la semana. He bebido, he fumado y mi gen competitivo está oculto en alguna parte, si es que aún lo tengo. Ya no temo al sufrimiento que me espera cuando pueda volver a los entrenos para poder verle el cogote a éste o a Antonio “Dolph Lundgren”. Sé que están no uno, sino muchos puntos por encima de mí. Estas bestias han progresado porque hacen lo correcto con determinación: se machacan, tienen ilusión y una genética privilegiada. Siento envidia cochina de ellos, pero ya no me produce ansiedad: me alegro mucho por ellos y casi me siento ahora como si fuera algún tipo de asesor, o mánager, especialmente de Dolph, a quien orgullosamente digo que introduje en el running.

He aquí el pepino, aunque no se aprecie.
En fin, que hoy me he metido un hostiazo de cojones con la bici. Ayer otra. Ayer tracé mal una curva, puse pie a tierra, el pedal tropezó con mi gemelo derecho y di una voltereta digna de acróbata. Aterricé con el hombro derecho y una biela de la bicicleta impactó en mi casco. Más aparatosa que grave. Hoy aún no sé qué he hecho mal. Según Txomin, he frenado en exceso con el trasero en una bajada por pista forestal, con gravilla suelta. El caso es que barrido con mi pierna derecha varios metros de suelo. Sí, la derecha. La que me iba a masajear de nuevo mi fisioterapeuta dentro de dos días. Tengo un bulto tremendo en la nalga derecha, justo por debajo de la cadera, aparte de desolladuras varias. Esta tarde iba a encargar mi nueva burra, de 29 pulgadas,  tras haber ido ayer a la tienda a informarme de precios y condiciones.
Mi maltrecha pierna derecha.



¿Qué dicen ustedes? ¿Es mi karma? ¿Me compro la nueva bici? ¿Pruebo a ver si ya puedo correr? ¿Sigo bebiendo gin -tonics y fumando? ¿Me apunto a algún club esotérico? ¿Me quedo en mi casa encerrado un tiempo?
Y por último, ¿alquien me compra la bici que se ve en las imágenes?  La dejo muy barata y a pesar de las dos caídas, está nueva.

7 comentarios:

  1. Que sí hombre, que te la compres. Si ya lo tenías claro, que una simple caída no te haga cambiar de opinión.Esto de las caídas pasa igual que los niños chicos, que cuando han aprendido a montar en bici se van soltando, dejan la prudencia aparte y es cuando se pegan las hostias más grandes.Que sea leve y te cures pronto. Un saludo

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  2. Es lo que tienen los deportes de alto riesgo. Lo de probar a correr no es mala idea, quizás un día unos 15 minutos muy suave a ver qué dicen las piernas. Y si todo va bien ir muy progresivamente. Animo

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  3. Ya has probado lo gratas que son las caidas en bici y menos mal que ha pasado lo peor del verano porque esas "sollauras" con mucho calor dan unas ganas de rascarse que no sabes donde meterte.
    Respecto a vender la bici prueba en www.foromtb.com, fue donde yo compré la mía y suele haber mucho movimiento.
    Lo de correr por supuesto, pruébalo pero no haciendo miles por debajo de 4' sino un trotecillo cochinero y si no duele pues ....

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  4. Por cierto se me ha olvidado preguntarte. Busco una zapatillas rápidas para los objetivos de la temporada. He pensado en unas Adidas Adizero Boston o unas Saucony Fastwich pero seguro que tu tienes muchos mas modelos en la cabeza. Con mis 70 kg escasos y un par de kilos menos que pesaré cuando me afine iluminame.

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  5. A mí la Boston me gusta mucho; de la Fastwitch me han hablado muy bien pero para mí serían demasiado ligeras (para ti perfectas);la Launch de Brooks... Yo tengo la Adidas Aegis 2, me van de lujo, pero habrá que ver cómo se comportan con las plantillas, porque resulta que tengo tendencia supinadora (esto es la hostia). Pero te digo una cosa, con unas Supernova Glide 4 no necesitas ninguna mixta. Son rápidas, cómodas y ligeras. De hecho, yo me planteo este año competir con ellas (¡Si es que llego a hacerlo!)

    De las quemaduras que tengo en la pierna mejor no hablo.

    Saludos

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  6. Olvidé una buena opción: la 890 de NB. Esa la tengo que catar algún día.

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  7. ¡Maldito karma! como diría David Safier. Recupera esas heridas, que parecen más bien rozaduras. Caer con la bici también tiene su punto. Con el tiempo -si no ha habido gravedad- se recuerda con agrado y cierta épica.

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