Me rindo. Cedo. Sucumbo. Tiro la toalla. Asumo de una vez
que estoy lesionado. Dejaré de engañarme
a partir de hoy mismo y me olvidaré de hacer castillos en el aire. Adiós a las carreras
de montaña de junio, adiós a los entrenamientos en altura, adiós a las series,…
adiós a la subida al Veleta. Drástico y triste, pero cierto. Llevo muchos años
corriendo y las lesiones casi me han pasado de largo. Era como si lesionarse no
formase parte de mí, eso era para otros corredores. Apenas una fascitis muy
leve, una periostitis y una ligera rotura de femoral forman parte de mi expediente
lesivo como runner, amén de las obvias
contracturas, sobrecargas y agujetas correspondientes. Estoy lesionado.
Ahora por fin el dolor de mi rodilla tiene
nombre y parece que también tratamiento: la rodilla del corredor –no podía ser
más explícito el nombre-, o síndrome de la cintilla ileotibial. Tres meses. Más de 90 días sin respuesta, tras el paso por dos traumatólogos ineptos, con sendas
ecografías y resonancias. Reposo, hielo y antiinflamatorios… y no correr. Creo
que un traumatólogo que no tenga mucha afinidad deportiva tiene una máxima en
sus consultas: “si a usted le duele al correr, deje de correr”. ¡Toma ya!
Los síntomas y
la descripción de la lesión no pueden ser más evidentes: dolor de la parte
externa de la rodilla en zancadas cortas, al flexionar la rodilla unos 30
grados, y especialmente en terrenos inestables, con desniveles importantes
-¡ay, mi adorada montaña!. La inserción de la cintilla ileotibial fricciona con
la parte externa del fémur y consecuentemente se inflama. El problema es que tras tres meses hay
riesgos de cronicidad, y es que, siendo serios, no he parado demasiado. Un tratamiento consistente en unas cuantas
sesiones de EPIs (electrolisis
percutánea intratisular) parece que erradicará esta maldita molestia para
siempre. Eso y parar un mes más o menos. Tendré que acudir a libros de autoayuda, filosofía zen,
yoga… o liarme a fumar canutos para olvidarme de que no puedo correr, para
superar mi abstinencia, que preveo será dura. ¡La vida díscola estival me amenaza de nuevo! No habrá bicicletas ni piscinas
que puedan saciar mi hambre de kilómetros.
Y es
que alguien me ha mirado mal estos últimos días. Ayer no pude ir a la carrera
de las Fuerzas Armadas. Quien me conoce sabe que para llegar a esos extremos la
cosa no fue baladí. Llevo desde el jueves con un gripazo, junto con unos
síntomas que bien parecen alergia (nunca la sufrí hasta ahora), con la rodilla
más débil que nunca –cosa que se ha manifestado hoy tras trotar 10 miserables
kms, teniendo que parar cada 3 minutos-.
En fin, triste, pero cierto.
Correr, amigos, corred mientras podáis.
Triste, pero cierto
Javi, como te comenté en Órgiva, el dolor es un buen termómetro. Haces bien en parar porque siempre es mejor parar un tiempo que detenerse para siempre. En ese tiempo podrás seguir reflexionando en el blog sobre el correr. Te aseguro que hay vida después de las lesiones y el Veleta y la montaña llevan ahí millones de años. Ánimo y a por la bici.
ResponderEliminarAnimo compañero, pronto pasará todo y te habrás olvidado. Mucho ánimo.
ResponderEliminarÁnimo Javi!!! no pienses en las pruebas y recuperate, la montaña no se va a mover de su sitio.
ResponderEliminarUn saludo.
Animo Javi¡¡ Seguro que sales de esta. La montaña seguirá ahí para que la vuelvas a disfrutarla.Saludos de Ximo
ResponderEliminarAnimo y a buscar sustituto deportivo,que para cualquier lesión del corredor lo hay.
ResponderEliminarGracias a todos por vuestros ánimos. La espera va a ser larga, sin duda, pero no queda más remedio. Ayer hice 50 kms en mountain bike y... ¡no es lo mismo! Aparte de que requiere mínimo 3 horas, no me llena en absoluto como correr. Mentalización.
ResponderEliminarÁnimo brother, dale caña a la bici molona que tienes y ponte a nadar, que ahora pega. Conociéndote, en cuanto le cojas el gusto a los largos, dejas al bicharraco del Phelps a la altura del betún. Yo estoy pensando también en compaginar el running con la piscina algún que otro día, para solidarizarme contigo. Para eso, y para dejar de escuchar al azote de los deportistas de la familia (mamá) gritándome que tengo "piernas de tío". Un besoooo
ResponderEliminarThanks, sister. Ahora que te has emancipado tendrás más fácil escabullirte de las críticas deportivas, jeje. Ya me contarás cómo te va.
ResponderEliminarTodo pasa, y el tiempo desgraciadamente lo hace más rápido.No te agobies y haz caso a los médicos (si encuentras alguno bueno) Cuidate, amigo, que tenemos muchas cosas que correr.
EliminarÁnimo, Javi. Esta parada servirá para que vuelvas más fuerte, más animal y con más ganas de devorar kilómetros. La espera será dura, pero es buen momento para ver esas pelis, leer esos libros y escuchar esos discos... con paciencia... o con impaciencia, más bien.
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