Se lleva el ultrafondo. Y los Ironmen (porque con uno solo
no basta). Y las Extreme Bike Races. Y el machaque a tutiplén en toda
disciplina deportiva que se precie –el otro día vi a dos zumbados reventándose
mutuamente en la playa jugando a las palas, más parecía un combate a muerte, “A trial by combat!”-. Ya no basta con
mantenerse en forma y la operación bikini ha quedado ya obsoleta. Ahora toca
exprimirse, amigos, sentir dolor y agonía y sudar de lo lindo. Y con ello no
hay que olvidarse de ir bien equipados, armados hasta los dientes, que no falte
un complemento y no descuidar la nutrición deportiva. Que te vas a marcar una
carrerita por la base aérea de 10km, no olvides la mochila de hidratación, las
zapatillas de trail –no hay que confiarse ante tanta gravilla suelta, por no
hablar de los surcos producidos por la lluvia pretérita-, la gorra-visera (preferiblemente con el
slogan de Ironman, o Compressport como poco), un gps última generación con un
buen altímetro ( la base engaña, parece llana, pero engaña). También es
importante lucir emblemas que acongojen a tus rivales, infundir respeto nunca
fue baladí, que se lo digan a Vlad Tepes, por lo que lucir algún tatuaje en
plan tribal y una barba espartana pueden ser de gran ayuda para que tus rivales
te miren con temor y admiración, al tiempo que te abren paso temerosamente ante
tu grácil zancada.
Si eres chica, más te valdría no ser pusilánime ni anodina.
Cíñete bien, tanto que tus curvas parezcan trazados imposibles, lleva tops ultra cortos con escotes
generosos, luce coleta caballuna y maquíllate sutilmente. ¡Ah! Lleva algo rosa.
El éxito y los tropezones masculinos están asegurados.
Luce y presume de perro. No lleves un chucho cualquiera. Como
mínimo, un Retriever te hará parecer El Señor de las Bestias (¡Ese Marc Singer
y su pantera!). Átalo corto, pero suelta un poco la correa ante la llegada de
algún indeseable que desafíe tu camino. ¡Que tenga que saltar!
Date el lujo de a mitad de tu ultra-race ( km 5.5 ) pararte
a marcarte unas abdominales, o unas dominadas, sin obviar los aparatitos de
gimnasia de la tercera edad. Si el cubano ése colgado que salía en Cuatro podía
entrenar en una obra ,¿qué no podrás hacer tú con tanto chisme sofisticado?
Cuando termines tus 10 kms, ni se te ocurra olvidarte de un
buen batido de proteínas y no tomar hidratos de carbono si no vas a competir al
día siguiente. Un baño de hielo ayudará a tus maltrechas piernas y una pastilla
de glutamina te ayudará a dormir como un angelito.
Y mientras el machaque está top-trendy, yo me hago un ovillo
y empiezo a pasar de casi todo lo que implique desgaste deportivo. Estoy
lesionado y casi no me apetece averiguar qué me pasa. Estoy aburrido de esta
situación y me he acostumbrado a ello. Y oiga, tiene su qué. Estoy tranquilo, corro lo que me deja el pie,
que es bien poco, el cuerpo me pide otra cosa y yo se la doy. Así de simple.
Confío en que el mal que solo vino, solo se irá y así pasan los días, las
semanas, y veo a mis compañeros
entrenar, hacer ultras y competir en montaña, y…¡contemplo el ultratrail en la
base!